Mecanofilia, ¿qué es eso? ¿No lo sabes? Pues uno de los fetiches sexuales más raros… o no tanto, si lo miras bien. En todo caso, se trata de un tema muy interesante que me gustaría tocar hoy. ¿Te embullas a saber qué se dice de la mecanofilia?
¿Qué es la mecanofilia?
La mecanofilia es una parafilia algo rara cuando se lleva al límite. Hablo aquí de personas que se sienten atraídos sexualmente por las máquinas. Sí, atraídos. ¡Sí, sexualmente! Algo fantástico y algo espeluznante, depende de cómo lo veas.
No es que a los mecanófilos les guste solamente tener sexo con alguien sobre el capó del coche, o utilizar este o aquel accesorio inusual (un teléfono o el mouse del ordenador, por ejemplo) como juguetes sexuales. No, ¡ellos van más allá! Ellos realmente se excitan con las máquinas.
¿Has visto alguien acariciar eróticamente a su coche? ¿Conoces algún nerd de la mecánica al que nunca le hayas visto novia? Bueno, probablemente sea un mecanófilo. Y aunque no lo creas, este último sí tiene novia. Posiblemente sea su coche o la llave inglesa, ¡vaya usted a saber!
¿La mecanofilia se considera una enfermedad?
Ahora bien, ¿se considera una enfermedad mental? Realmente no, solo una parafilia. Aunque no es menos cierto que, en algunos países, es considerado un delito. De hecho, uno de tipo sexual. Pero, en mi opinión, creo que debería considerarse el comportamiento del mecanófilo en particular, ya que la mayoría no hacen daño a nadie.
Eso sí, hay casos y casos. Está por ejemplo aquel británico que, allá en 2013, fue sorprendido intentando tener sexo con una camioneta Land Rover. Esto no hubiera tenido mayores implicaciones ¡si no lo hubiera hecho en público! Lógicamente, fue detenido por exhibicionismo, no por mecanofilia. Además, ya había intentado con anterioridad simular tener sexo con el mostrador de una tienda.
También tenemos el caso de un estadounidense que, en el año 2018, fue detenido por mantener seco con el caño de escape de un vehículo. Lo peor de todo es que ni siquiera era el suyo. Un hombre lo vio merodeando por el parqueo y se ocultó debajo de un coche. Durante un rato miró al mecanófilo teniendo sexo con el caño de escape, hasta que no aguantó más y llamó al 911. Esto ocurrió en la ciudad de Newton, Kansas.
Pero no todos los casos de mecanofilia son tan graves. La mayoría se limitan a una intensa atracción por las máquinas, y puede que una que otra relación sexual con el coche, pero en privado, donde no perturban a nadie.
Por ejemplo, está el famoso caso de Edward Smith, un empleado de Volkswage que a los 57 años declaró haber tenido contacto sexual con más de 1.000 coches desde que tenía 15 años. Todo un apasionado del automovilismo, si me preguntas. Pero por desgracia (para él) lo descubrieron y la cosa terminó en ejecutivos presos y una multa descomunal por vender autos… pues… “usados”.
Conclusiones…
La mecanofilia no es enfermedad mental en la mayoría de los casos. El problema ocurre cuando esta parafilia se combina con verdaderos trastornos mentales. Por eso, si conoces algún mecanófilo, no le temas. En todo caso, si lo crees prudente, guarda un poco de distancia. Pero recuerda que no está interesado en ti. ¡Qué va, tú no eres de su liga!
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